Otra vez se ha liado con las esteladas.
MÁS MADERA, a echar leña al fuego. Ayer, Jordi Cervero y miembros de la ANC colgaron esteladas del mobiliario urbano. Al cabo de un rato la regidora del PP avisó que no podían hacerlo y fueron identificados por la policía. Hasta aquí todo normal. ¿Todo?
No. Aparte de hacer méritos a lo Cervero (con ambiciones políticas muy patentes y con ganas de liarla también), si cada uno quisiéramos reclamar nuestra identidad colgando banderas (oficiales o no) esto sería un gallinero. El ayuntamiento aprobó que no se destinasen recursos a quitar las esteladas que se colgasen, en una votación plenaria.
Pero ¿qué sucede? pues que prima, por encima de todo la ley superior, la normativa. Y esa votación no sirve de nada. Esto ya ocurrió hace un par de meses, y ha vuelto a ocurrir ahora. Y cada vez que se cuelguen esteladas, se quitarán. El regidor de Vía Pública actúa amparado por la Ley, guste o no. Y también por una sentencia del Supremo. Es como si se hubiese votado que el ayuntamiento no destine recursos a borrar grafitis por motivos políticos.
Son ganas de buscar conflictos, de generarlos donde no los hay. Y cada vez que las cuelguen, el PP -o quien quiera- las retirará. Que quede claro que esto se hace con intereses políticos y por generar conflicto. Innecesario, por otra parte. CIU, mientras tanto, calla y otorga, a ver si con estas cosas salen beneficiados indirectamente. Al fin y al cabo ¿quién se acuerda de que gobernaron Calafell 4 años con el PP? (y ni AMI, ni mociones anti-retirada de esteladas, ni nada).