Aparte, del coste ambiental en forma de dióxido de carbono surgido de la incineración o los vertederos, en el año 2018, el canon por disposición en vertedero pasará de los 30 euros a los 35,60 euros por tonelada; y el gravamen por incineración, de los 14,50 euros a 17,80 euros por tonelada. Según el director de la Agencia de Residuos de Cataluña, Josep Maria Tost, este encarecimiento «ha comportado que muchos municipios estén estudiando adoptar modelos y sistemas de recogida más eficientes que les permitan llevar menos fracción resto a disposición».
Calafell hace meses que dispuso islas de contenedores con las 5 fracciones de residuos para reciclar. Sin embargo, muchos tiran la basura en medio de la calle y aunque ha subido el índice de reciclaje e incrementar el volumen de residuos recogidos de forma selectiva, durante el primer semestre de 2017, en relación al mismo período del año anterior, aún queda mucho trabajo de concienciacion. No es solo un problema medioambiental, tamién lo es de costes:
Estos residuos (papel y cartón, envases, vidrio y fracción orgánica) representan actualmente el 15,13% del total recogido, cuando hace un año eran sólo el 9,18%. En esta comparativa, la recogida de papel y cartón pasó de 230.123 a 350.186 kilos (un aumento del 52,17%). La de envases varió de 147.155 a 193.681 kilos (+ 31,62%). La de vidrio, de 251.828 a 283.414 kilos (+ 31,31%). Y la de la fracción orgánica, de 352.450 a 669.100 kilos (+ 89,84%). En cambio, la fracción rechazo o resto bajó un 3,49%, cayó de 8.698.220 a 8.349.860 kilos.
Pues bien, Tost también ha anunciado que la nueva Ley de Residuos apostará por penalizar económicamente, y de forma individualizada, los hogares que no separan la basura, y favorecerá aquellos que sí lo hacen.
Si continúa la tendencia al alza del reciclaje, eso favorecerá el medio ambiente y la cartera de todos. Si no, antes o después, los costes de reciclaje mayores pueden acabar por repercutir en el recibo de las basuras.