Hoy, la lluvia nos regaló una imagen preciosa. Un arco iris doble, que encerraba un cielo rojizo dentro de su arco contrastando con el gris exterior. Un regalo cromático maravilloso.
Y se acabó lo cromático, lo maravilloso y la madre que los parió. El resto, lo de siempre. Se fue a tomar viento la TDT (el face lleno de gente cabreada con el típico "¿otra vez?")...
la Avenida España celebró una nueva prueba de rafting urbano, los
contenedores de varias calles se fueron a navegar -los de calle
Dinamarca no fallan nunca-
y la calle Baixador vió como el Río Kakadelavaka aparecía otra vez, cual serpiente de excrementos y orines, para deleite del personal.
(tapando la entrada a un chalet y al parking municipal)