A Delfí Guinovart lo conocí por casualidad en la puerta del ayuntamiento, donde llevaba días pasando noches (así me lo dijo él). Me extrañó ver a un señor allí sentado (foto) y le pregunté qué pasaba. Protestaba porque su ayuntamiento le había tomado el pelo, me explicó que su caso había salido en prensa. Así que sentados en la escalera de la "casa gran" charlamos y de ahí salió una entrada en el blog, luego se habló con la prensa (que hizo lo que hace la buena prensa) y empezamos a preparar el tema para sacarlo en la tele. Casualidad o causalidad, eso no lo sé, pero me llamó al poco tiempo para decirme que teníamos un café pendiente. Estaba contento porque iba a recuperar lo suyo y ese café supo a gloria.
Desde entonces Delfí y yo nos habíamos ido viendo para tomar más cafés, siempre bien cargados de conversación amena, propia de una persona con cultura, y siempre respetuoso incluso con los que no le habían respetado. Me fue explicando aspectos de su vida y entablamos una buena amistad. Para los que quieran leerle, éste es su blog.
He tenido una semana digna de hoguera. El punto final fue hace dos días, que mientras estaba preocupado de mis cosas y mis guerras y preguntándome porqué la estupidez humana es infinita (como dijo Einstein) pues me dieron la noticia de la muerte de Delfí. Hace poco que me envió un correo personal (que me lo guardo), pero traigo hoy aquí lo último que envió a este blog para ser publicado. Gustaba de participar porque quería comunicar cosas y este blog también sirve para eso. El escrito es de finales de mayo, para el nuevo equipo de gobierno. Sirva como un pequeño homenaje a un buen hombre y sirva también para que nadie olvide ciertas cosas que están por encima del ego y el orgullo, que no sirven para nada, pero es a lo que más valor dan algunos en la vida. El texto no habla de egos y orgullos, sino de ilusión.
La ilusión del cambio.
En primer lugar, felicidades a CIU y PP, por los votos conseguidos. Ha ganado la lógica, el sentido común. Ha ganado el ciudadano cabreado frente a la dictadura y prepotencia de los Sánchez, Parera y Triadó, Farré. Ha ganado el municipio. Hemos ganado todos, los de la derecha y los de la izquierda.
Hay que gobernar para todos, con transparencia, con otro estilo, como persona, con respeto y con las cuentas claras. Escuchando al ciudadano, administrando los recursos financieros con eficacia y sin perder de vista que el dinero publico pertenece y corresponde al ciudadano. A todos los ciudadanos.
Hay gente sin escrúpulos que se ha aprovechado de su propio partido como es el caso de los Sánchez bicéfalo y los Farré. Que se han creído los dioses de una gran tarta. La comilona se les ha atragantado. Esperaban la vanagloria del César, por sus pomposas obras faraónicas. Otros como los Triadó y Parera querían entrar a formar parte de este pastel atraídos por la nostalgia de tiempos pasados.
No podemos aceptar en estos tiempos, que un ciudadano reclame sus derechos pernoctando cuarenta y cinco días, a las puertas de la alcaldía para ser atendido. No se puede aceptar de modo alguno que la opinión de un ciudadano no sea escuchada. No se puede aceptar gobernar contra la opinión pública. No se puede aceptar, para conseguir, la alcaldía, se ofrezca seis mil €uros mensuales a la oposición, dinero que pertenece a todos los ciudadanos de Calafell y Segur. No se puede aceptar que un alcalde viva de la foto y viva de espaldas a la realidad y sentir de los ciudadanos. No se puede aceptar un alcalde que no ofrece unas cuentas claras, de su patrimonio particular y familiar, ni de sus acciones en empresas, de cuando entra y de cuando sale. No se puede aceptar un alcalde con sueldos abusivos, mientras en los contenedores de basura de Eroski, se pelean los ciudadanos para llevarse algo a la boca. No se puede aceptar un alcalde que busca el aplauso en el último momento por un carril bici mal hecho sin importarle los muertos que pueda haber a causa de su ineptitud. No se puede aceptar, un alcalde que piense, con el tema de POUM, ha entrado por la puerta grande de la historia. No se puede aceptar un alcalde que ahogue las iniciativas de los comerciantes. No se puede aceptar.
Queremos un alcalde que trabaje por y para Calafell y Segur. Queremos un alcalde que sepa escuchar el sentir del ciudadano. Que sepa atender al ciudadano. Un alcalde de todos y para todos y que sea apreciado por su honradez y su gestión. Un alcalde que nos arregle las calles de Segur; la seguridad ciudadana, el mercado, la plaza de la estación puerta y entrada de miles de visitantes. Un alcalde que pase de las fotos y de los asesores que buscan el sueldazo de su vida, un alcalde que evite la crispación. Un alcalde que no compre los medios de comunicación. Un alcalde, simplemente, sea persona.
Si hacemos una lectura correcta, unida a los fracasos y demás chanchullos que pueda haber; la unión de CIU y PP, sería lo recomendable, si se desea que la crispación no vuelva al ayuntamiento. Lo demás es volver al pasado reciente con talonario en mano y es lo que no desea el ciudadano.
Guinovart