Lluís Bayó es una persona que estaba en el ayuntamiento tiempo atrás, al que Sánchez despidió "porque no había dinero" (la realidad es que no era de los "suyos") y luego contrató a quien le dió la gana y pagando una morterada. Con el tiempo, además de salir a navegar alguna vez y compartir unas cervezas en las terracitas del paseo, Lluís y yo nos hemos hecho buenos amigos y charlando de la historia y prehistoria política de Calafell ves que él es alguien que realmente conoce a fondo los entresijos de la Casa Gran. Tiene sus defectos, seguro, pero a diferencia de algún impresentable niñato que me he cruzado con desagradable sorpresa justo ayer, Lluís no peca de falta de modestia ni de humildad, sabe dejar hablar y no se cree ni un superser imprescindible ni el rey del mambo siendo un mindundi sin estudios (todo lo contrario, se doctoró en físicas a los 25 años, habla varios idiomas, amén de otras cosas). Lluís es un buen tipo que habla claro y...
... en su blog ha contado un cuento, y aquí hago reseña del mismo. Simplemente, dejen los comentarios en su blog porque el cuento tiene poco de cuento y mucho de historia. Gracias, Lluís.
Empieza así:
EL CUENTO DEL SUELDO DEL ALCALDEO alcaldesa, no sea que venga Bibiana Aido y me multe por “lenguaje sexista”. En lo sucesivo, cuando diga alcalde se entiende alcalde o alcaldesa, ¿vale?¿QUIEREN SABER COMO SIGUE?.... CLICK AQUI
Erase una vez, en un pueblo pequeño de cuyo nombre no me acuerdo (o no quiero acordarme), pongamos de 4000 habitantes, un alcalde que en solidaridad con la precariedad de algunos de sus vecinos y con la crisis existente se fijó un sueldo casi mileurista, pongamos por ejemplo 1300 €. Incluso menor que el de los administrativos (y administrativas) del ayuntamiento que estaba entorno a los 1500 € mensuales o más. Además, se jactaba de lo poco que costaba su cargo a las arcas municipales y todo el mundo estaba muy contento con el alcalde, por su bajo sueldo y lo barato que les salía. Bien es cierto que su gestión era muy poco eficiente (incluso diríamos que claramente deficiente), pero, ¿quién podía exigir más a un alcalde que cobraba menos que un administrativo?.