Pusieron unas vallas que eran de fireta. Hoy están poniendo en la vía del tren unas rejas más resistentes en donde estaban las puertas. No ponen puertas, lo cual tiene poca lógica (a ver por dónde entrarán los servicios de emergencia) pero por lo menos no volverán a poder romper las vallas a los pocos días del atropello de la última víctima, el pasado 4 de enero. O por lo menos, no tan fácilmente.