Vados.
Otra más. El Diari no cita el nombre del regidor o regidores que autorizaron a poner vados "por la cara" pero no hace falta buscar mucho para saber quién decía en Segur aquello de "tú fes, tranquil, recorda qui t'ho ha dit". Pasaba con los vados, pasaba con otras muchas cosas.
El fraude de los vados es para darle de hostias al supuesto servidor público. Es lo que se dice muchas veces de que los políticos se sirven del cargo para hacer favores personales, traducidos en intereses personales, a costa, cómo no, del contribuyente.
Si permites que haya amigos que no paguen vado, lo que estás haciendo es un flaco favor al resto de ciudadanos que, tengan o no vado, se benefician de la recaudación en concepto de vados. Un dinero que no se sabe cuánto ni desde cuando se ha dejado de recaudar.
Recogida de firmas
Más de un colectivo está recogiendo firmas para que se inicie un verdadero proceso de participación ciudadana. Sucede que las reuniones meramente informativas, entre malos horarios y poca asistencia (en varias no había nadie) no eran ningún proceso de participación ciudadana. Eran dos señores, haciendo el trabajo encargado de decir lo que se iba a hacer. Y punto.
Los sectores 1 y 2 ya se han "comido el marrón" pero se pretende que el resto no tenga que pasar por lo mismo.
Pintura
Hemos consultado a personas que saben mucho del tema. La respuesta es que el abrasivo de esa pintura no se va a ir con agua, habrá que volver a repintar. Como muestra, los pasos de las calles donde baja el ''río bravo'' cuando llueve, que da pena verlas.
Es más, los pasos de peatones, terminados de pintar y sin que máquina alguna pase por encima, ya quedan con manchurrones negros. Nos han confirmado que esa pintura es baratísima. Así que tiempo al tiempo.
Vertidos
El ayuntamiento que proclama a los 4 vientos la participación ciudadana, la información al ciudadano, resulta que sabe que hay 4 camiones que descargan al final de una calle varias toneladas de material y no informa a nadie. Los vecinos de la calle nos escriben al blog con la confianza de que haríamos algo. Y se ha hecho. No voy a explicar las conversaciones de los regidores ni es necesario dar nombres, pero al principio no sabían ni de qué se les estaba hablando.
Siempre hay que utilizar la empatía, pero es algo que los políticos no tienen. Es decir ¿le gustaría al alcalde que le descargaran varias toneladas de porquería reutilizable en su calle sin avisar? ¿le gustaría a un regidor de urbanismo que le dejaran la calle hecha una pena cuando tendría que lucir como los chorros del oro? ¿le gustaría a un regidor de medio ambiente que cerca de su calle hubiese miles de litros de agua verdosa? ¿le gustaría a la regidora de comercio tener un restaurante y que trajera el ayuntamiento de fuera a empresas que le chafaran las ventas trayendo comida y bebida en la fira del mar? ¿le gustaría a la regidora de ensenyament que sus hijos estudiasen en un colegio hecho de barracones que se inunda cuando llueve, no va la calefacción durante toda la jornada o hay goteras?
Entonces ¿por qué lo permiten?