miércoles, 12 de junio de 2013

La voz de Malvinas en Calafell

Laureano Clavero estrena en Europa el documental homenaje a los soldados argentinos que lucharon contra Gran Bretaña y que su país olvidó y menospreció. Ya ha tenido diversos premios


José M. Baselga | Diari de Tarragona

Muchos eran niños. Sin preparación militar. Obligados a ir a una picadora de carne en la que no tenían oportunidad. 10.000 argentinos fueron enviados en abril de 1982 por la dictadura que oprimía el país a luchar contra el ejercito británico. Con la pretensión de recuperar las islas Malvinas.

Perdieron la guerra. No había posibilidad. El valor sólo no puede contra la preparación y el moderno armamento. No quedó en una derrota que dejó 700 caídos en combate del bando argentino y que de muchos de ellos no se han encontrado sus restos.

El drama fue el rechazo que encontraron en su país al regresar. Menosprecio que Laureano Clavero, argentino de Miramar afincado en Calafell, intenta reparar. Ha realizado el documental 1.533 kilómetros hasta casa. Los héroes de Miramar. El trabajo ha sido premiado en el Festival de Montevideo o en el de Cine Político de Buenos Aires.

Barcelona

Muestra testimonios de ocho soldados sobre aquellas semanas de 1982. El frío. «Soldados de las zonas más cálidas enviados a combatir junto al Ártico y sin equipamiento ». El miedo. «Los aviones bombardeaban sin cesar sobre las filas argentinas».

Imágenes en la retina de Marcelo Bernardi, presidente del Centro de Veteranos y que narra las atrocidades que vio en el hospital de campaña. De jóvenes que luchaban en zapatillas frente a un ejército profesional y de cómo transportaban sus cañones a pie.

Clavero explica que «la dictadura envió a niños a la guerra. Llegaban a sus casa y una carta les obligaba a incorporarse a filas. No sabían a donde iban hasta que aterrizaban. Entonces supieron que combatirían a Gran Bretaña».

Les dio la espalda

La lógica cumplió su Ley. Pero dejó secuelas. A las 700 víctimas en el campo de batalla hay que sumar unos 500 suicidios. «No les daban trabajos ni tenían ayudas. Les rehuían. No entendían qué pasaba. Les enviaron a luchar contra un ejército y su país les daba la espalda».

«¿Para qué luchamos?» pregunta uno de los soldados. « Dejamos nuestra juventud en aquellas islas». El gobierno de Raúl Alfonsín (1983) prácticamente los ocultó y menospreció. Menem comenzó a tener consideración y sólo con Kirchner han podido recibir algunas ayudas.

Muchos ocultaban que combatieron en Malvinas porque sabían que serían repudiados. «Habían cargado misiles de miles de dólares con sus manos pero no les daban trabajo de cartero». Su país les envió a una guerra «y de regreso tuvieron que vender calcetines en los autobuses y si la policía les veía les golpeaba».

Silencio

Son argentinos que ahora tienen unos 50 años y que durante décadas han guardado en silencio su paso por las islas junto al Ártico. Son «héroes no sólo por la guerra a la que les enviaron. Son héroes por lo que han resistido al regresar», explica el director del documental.

Como las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo que reivindican dónde están sus hijos y nietos, los olvidados que combatieron en las Malvinas también tienen familias que desconocen qué fue de ellos. Pero estos han estado ocultos.

Reparación

En casi todos los pueblitos argentinos hay una asociación de veteranos de la guerra y los hay que ya han dedicado una plaza o calle a su memoria. Pero también piden una reparación económica, no desde ahora, sino desde el día que les dejaron en aquellas islas.

El director del documental señala que cuando los veteranos de las Malvinas vieron que todo un cine se levantó para aplaudir en el estreno en Buenos Aires, comenzaron a sentirse reparados. «Pero queda mucho».

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