Endesa empezó el 27 de febrero el desmontaje de las 56 torres de la línea eléctrica de alta tensión a 110 kV entre El Vendrell y Calafel, 10,8 kilómetros de cable y todas las estructuras metálicas -casi centenarias- instaladas dentro de los núcleos urbanos de ambas poblaciones, que supuso un coste de 254.000 euros. La línea eléctrica retirada tenía casi un siglo. Estaba fuera de los núcleos urbanos pero terminó rodeada de viviendas.
Las torres se desmantelan porque previamente se ha construido una nueva línea de alta tensión de 110 kV para incrementar la calidad y la continuidad del suministro eléctrico a los abonados, tanto domésticos como industriales. La nueva infraestructura ha supuesto una inversión superior a los 4,6 millones de euros y también cruza los municipios de El Vendrell y de Calafell, pero por otro emplazamiento, tocando a la autopista.
Antes, se hizo el período de prueba de la nueva línea y se conectó al resto del sistema eléctrico del Camp de Tarragona. Ya retiradas las torres del suelo, ambos municipios liberan una gran franja de terreno en la que ya aseguraron que no hay posibilidad de edificar, así que se van a crear unos largos corredores verdes y ajardinados. El objetivo es sin embargo que sean unos ejes cívicos donde puedan habilitarse áreas de descanso, jardines y áreas con aparatos para la práctica deportiva.